Siempre he soñado con los cuentos de hadas, princesas y caballos. Aquellas princesas que pierden sus zapatos a media noche, que duermen por cien años en lo alto de una torre, que entregan su vos para seguir un amor y sus mismos sueños, aquellas que luchan con valor, aquellas que son envenenadas y esperan un beso como salvación.
Esos cuentos me han enseñado que la vida te induce a seguir sus caminos, esos que nunca creíste que podías conocer, que veías lejanos, hasta imposibles y no todos de ellos son buenos pero
al final todos tienen su final feliz